Niños caprichosos en la mesa: reglas para administrar las comidas.

Capricho infantil: ¿motivado o expresión de pura rebelión?

Los niños que tienden a volverse caprichosos en los momentos dedicados a la comida, probablemente sean también los que no tienen hambre, a los que no les gusta el sabor de lo que les estás ofreciendo o, simplemente, están cansados, con sueño, o quieren hacer algo. demás. Ciertamente, no puede permitir que su hijo elija el momento para comer por sí mismo, por lo que aquí hay algunas reglas simples a seguir que pueden ayudar a administrar las comidas con los niños más caprichosos.
En primer lugar, debe intentar identificar por qué su bebé insiste en tener rabietas y no quiere comer. Hay que comprobar que quizás haya alguna inflamación de las encías o algún diente caído que le duela, lo que podría hacer de la comida un momento desagradable y doloroso.
También asegúrese de que no tenga dolor de estómago y de que el intervalo de tiempo desde la última comida sea razonable y adecuado.
Una vez que hayas evitado estas posibilidades, tendrás la certeza de que tu hijo es un pequeño rebelde que no quiere obedecer las reglas de los adultos, así que ármate de paciencia y astucia.

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Dejar que el niño comprenda una posible rendición fomenta las rabietas

Los niños son intuitivos de forma inconsciente a pesar de su corta edad y su falta de experiencia social, pero esto no les exime de poder interpretar inconscientemente un gesto sumiso y una posible entrega ante sus caprichos. Es precisamente en esto en lo que tendrás que trabajar haciéndole entender, por el comportamiento y por las palabras, que no estarás dispuesto a rendirte por ningún motivo y que no lo habrá ganado en absoluto. El mensaje subliminal inverso hará que su hijo perpetúe las pretensiones y las rabietas hasta que obtenga lo que quiere, simplemente por una simple victoria personal. Y luego tal vez tenga una rabieta para comer.

Los caprichos llevan al niño a la apnea: sin pánico

Muchos niños, cuando tienen una rabieta, pueden llevar a una actitud casi violenta y hasta tal punto que los envía a un estado real de apnea que los enrojece primero y luego morados en la cara. Aunque la escena no es para nada tranquilizadora, no tendrás que entrar en pánico y ceder, pues esta reacción desaparece espontáneamente en unos minutos, las mismas que necesitará tu hijo para entender que no estás dispuesto a bajar a sus juegos. .
Más bien, puedes aprovechar el momento para abrazarlo y hablarle con cariño en un tono suave y dulce, para hacerle entender que no eres su enemiga, sino siempre su tierna madre.
También recuerde que si, independientemente de esta advertencia, no puede sostener la imagen de su bebé en apnea y espasmo afectivo, hágalo volar de repente para ayudarlo a detenerlo rápidamente.

Convierte la comida en un momento divertido

Cuando el camino comienza a ir cuesta abajo y su comunicación con su hijo ha mejorado, puede activar mecanismos de asociación inconscientes que hacen que su hijo experimente la hora de la comida como un tiempo de juego divertido. Siempre puedes usar la técnica del avión para llevarlo, pero sería más útil establecer un pequeño patio de juegos a su alrededor, lo que lo distrae de cada giro.

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