Trastornos sexuales femeninos

Sequedad vaginal

A menudo pasajero, es una verdadera desventaja para la vida sexual. Es una falta de lubricación en la vagina, lo que hace que la penetración sea desagradable e incluso dolorosa. Generalmente debido a los desequilibrios hormonales, puede afectar a las niñas, pero también a las mujeres durante o después del embarazo y, por supuesto, después de la menopausia. Pero también el estrés, la ingesta de determinadas drogas, la higiene íntima demasiado agresiva, el alcohol o el tabaquismo pueden tener consecuencias sobre el mecanismo de lubricación de las mucosas.

Las soluciones: para empezar, este malestar podría aliviarse mediante el uso de un lubricante a base de agua. Posteriormente, según el caso, también se puede prescribir un tratamiento hormonal. Cuidado con las prisas durante las relaciones sexuales: el cuerpo femenino necesita tiempo. Por tanto, es importante dar espacio a los preliminares, para aumentar el placer y permitir que la vagina se lubrique de forma natural, favoreciendo así la penetración.

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Cuando la penetración es dolorosa (dispareunia)

Hablamos de dispareunia cuando sientes un dolor, más o menos intenso, en el momento de la penetración. El origen de este dolor puede ser orgánico (después del parto, por ejemplo), infeccioso (micosis, cistitis, herpes, ETS ...) o psicológico. Pero este problema también puede deberse a un fenómeno aún poco conocido llamado vestibulitis: inflamación del vestíbulo, es decir, la parte que está dentro de los labios menores.

Las soluciones: estos dolores, que penalizan especialmente la vida sexual de la pareja, deben ser localizados en primer lugar (dentro o fuera de la vagina, más o menos profundos) e identificados. En caso de infección, se pueden recetar antibióticos. A menudo, con el tiempo, el miedo al dolor puede provocar miedo a las relaciones sexuales y bloqueos más profundos. Consultar a un psicólogo, entonces, te permitirá superar estos miedos, encontrando una sexualidad satisfactoria.

Vaginismo o negación de la penetración

El vaginismo corresponde a una contracción involuntaria de los púsculos del perineo y la vagina. Incluso si los genitales son normales (si reaccionan perfectamente a la excitación y se puede alcanzar el orgasmo estimulando el clítoris), el orificio vaginal se cierra de forma refleja, impidiendo cualquier tipo de penetración. El vaginismo también previene las visitas ginecológicas, así como el uso de tampones.

Las soluciones: en el 90% de los casos, la causa del vaginsmo es psicológica. Puede resultar de un trauma, miedo o incluso una fobia a la sexualidad, o de un bloqueo fisiológico debido a una dispareunia severa. El objetivo de la terapia es, en primer lugar, estirar los músculos de la vagina; posteriormente la mujer intentará volver a estar en contacto con su cuerpo, para recuperar una vida sexual normal.

Anorgasmia: cuando se desea el orgasmo

Hay muchas mujeres que se quejan de no haber experimentado nunca un orgasmo vaginal. Sin embargo, se puede hablar de anorgasmia total (o ausencia de orgasmo) solo en el caso de quienes nunca han experimentado orgasmos vaginales o clitoridianos. La anorgasmia puede ocurrir al comienzo de la vida sexual, pero también puede afectar a mujeres adultas y, por lo tanto, a otras etapas de la vida sexual. Es un trastorno complejo que, en ocasiones, puede limitarse a determinadas situaciones o parejas.

Las soluciones: al igual que otros trastornos sexuales femeninos, la anorgasmia suele tener un origen psicológico. Por tanto, para superarlo será necesario recurrir a la psicoterapia. Una vez encontrado el origen del bloqueo psíquico, la paciente deberá desarrollar su propia sensibilidad y recuperar la posesión de determinadas sensaciones eróticas.

Frigidez o ausencia de placer

Aún más dolorosa que la anorgasmia, la frigidez se manifiesta con la ausencia total de placer sexual. Corresponde a una ausencia total de pensamientos eróticos, mientras que el cuerpo no reacciona a ningún estímulo: los genitales no reaccionan a las caricias ni a la excitación, la vagina permanece seca. Las relaciones sexuales se experimentan como un deber, si no como una molestia, y se practican con indiferencia.

Las soluciones: también en este caso, la terapia psicológica puede ser capaz de desbloquear la situación. La mujer deberá comprender por qué permanece insensible a cualquier forma de placer físico y sexual y deberá intentar recuperar la comunicación con su pareja. El tratamiento tiene como objetivo hacer que la mujer que sufre frigidez descubra nuevas sensaciones (o encuentre aquellas que ha olvidado) y aprenda a dejarlas ir.

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