Vaginismo

Relaciones sexuales difíciles o incluso imposibles

El vaginismo es un espasmo involuntario de los músculos peri-vaginales, que impide que una mujer tenga relaciones sexuales completas con su pareja. Se trata de un dolor insoportable, incluso atroz, que obliga a la pareja a interrumpir la penetración. En el vaginismo, los órganos genitales no presentan ninguna malformación ni patología pero, cada vez que el pene entra en la vagina, esta última se contrae involuntariamente, provocando un dolor agudo y difícil. La penetración se vuelve impráctica, los músculos de la vagina se contraen y las piernas se cierran. Además de las relaciones sexuales, también se dificultan determinadas pruebas ginecológicas como el Papanicolaou o el uso de tampones.

Diferentes tipos de vaginismo

Ver también

Cuando el sexo se convierte en un calambre: ¿qué es el vaginismo y cómo contrarrestarlo?

Hay dos tipos de vaginismo:

- vaginismo primario, que aparece al comienzo de la vida sexual y que continúa en el tiempo

- vaginismo secundario, que interrumpe una vida sexual que ya ha comenzado en la que nunca se han encontrado problemas de penetración

Además, se lo conoce como vaginismo. global cuando se siente dolor en todas las situaciones, tanto durante las relaciones sexuales como al intentar introducir un tampón o espéculo, y vaginismo situacional cuando el dolor no siempre se siente sino solo con algunas parejas, o solo durante las relaciones sexuales pero no si se desea introducir un espéculo o un tampón.

Es un trastorno psicológico, una fobia a la penetración que se manifiesta con un automatismo inconsciente, como el que nos hace cerrar los ojos cuando intentamos meter un dedo dentro.

Las causas

En general, en el vaginismo primario la mujer no conoce bien su cuerpo y sus partes íntimas: muchas veces rechaza la idea de rotura del himen o piensa que tiene una vagina demasiado estrecha que no deja pasar el pene. En el origen de este trastorno suele haber una educación sexual rígida, en la que el sexo se considera tabú o incompleto. En estos casos, el problema se puede solucionar fácilmente.

Sin embargo, el vaginismo primario también puede tener causas psicológicas: aunque la mujer conoce bien su cuerpo y sus genitales, los músculos se contraen y la penetración se vuelve imposible. Cuando este es el caso, el problema suele ser causado por un evento traumático: una primera vez dolorosa o incluso un abuso sexual durante la infancia.

Por otro lado, el origen del vaginismo secundario es el dolor crónico que se siente durante el acto sexual (dispareunia): el cuerpo se anticipa al dolor contrayendo los músculos. El vaginismo secundario puede ocurrir después de una ruptura romántica, agresión sexual, una relación con una pareja agresiva y torpe o después del diagnóstico de una enfermedad de transmisión sexual.

Posibles curas

¡Afortunadamente, la solución existe! Si el trastorno es leve, para resolver el problema solo necesita tomar conciencia de su sexualidad y posiblemente seguir una terapia sexual que puede incluir ejercicios para aprender a controlar su cuerpo y relajar los músculos peri-vaginales.

Si el trastorno es de carácter psicológico, será mejor consultar a un sexólogo que podrá indicar la terapia adecuada para superar el problema y poder tener relaciones sexuales indoloras.

Las consecuencias en la vida de una pareja.

Por regla general, las mujeres que padecen vaginismo se sienten avergonzadas y, por tanto, se encierran en sí mismas sin hablar de ello con nadie. El vaginismo, sin embargo, no imposibilita la vida de pareja plena, siempre que el hombre acepte vivir una sexualidad externa, hecha de caricias e imaginación. No obstante, el vaginismo a veces conduce a la ruptura, particularmente cuando el deseo de tener relaciones sexuales completas o tener hijos comienza a persistir.

Etiquetas:  Realidad Amor-E-Psicología Antigua Prueba - Psique