¿Podemos "planificar" la salud de nuestros hijos? ¡Sí, así es como!
Durante los meses de espera y luego en los dos primeros años de vida, es posible intervenir sobre aquellos procesos que influyen en la salud del bebé a largo plazo.
De hecho, se ha descubierto que en esta etapa las influencias ambientales cuentan incluso más que las genéticas. La nutrición en particular juega un papel crucial. El objetivo entonces pasa a ser asegurar al bebé antes y después del nacimiento (precisamente en sus primeros 1000 días) una nutrición adecuada para sus necesidades.
Destete
Una buena costumbre es revisar su menú a diario. Si es necesario asegurar una cantidad adecuada de energía, es igualmente importante prestar atención a la composición de la dieta y la calidad de la comida.
El pequeño debe poder introducir gradualmente todos los grupos de alimentos en su dieta y acostumbrarse a la máxima variedad. No agregar sal o azúcar a los platos del bebé es un hábito importante; así aprenderá espontáneamente a saborear el auténtico sabor de la comida.
Pero ojo, los niños son muy sensibles a las sustancias tóxicas, y al tener un peso corporal bajo y un organismo en formación están más expuestos a estos elementos que los adultos.
Por esta razón, la comida para bebés debe cumplir por ley con criterios de seguridad mucho más altos que los exigidos para los adultos. Esto minimiza la posible exposición a sustancias tóxicas.
Ver también
La alimentación del bebé debe decidirse de acuerdo con el pediatra: reglas nutricionales claras, sencillas, eficaces y seguras. El pediatra es la figura de referencia a la que acudir con confianza ante cualquier duda sobre la nutrición del bebé.
Es por eso que los alimentos "específicos" son insustituibles en los primeros tres años.
La edad de desarrollo, que va desde el nacimiento hasta la adolescencia, es un momento delicado. Una dieta equilibrada contribuye al crecimiento y desarrollo del organismo y ayuda a reducir el riesgo de aparición de numerosas enfermedades en el adulto del mañana.
La educación nutricional adecuada se decide en los primeros meses de vida y se consolida hasta el tercer año. Siempre hay que recordar que la leche materna sigue siendo el alimento ideal y debe utilizarse exclusivamente hasta el sexto mes.
A partir del sexto mes, siguiendo siempre las indicaciones de su pediatra, el recién nacido está listo para otro tipo de alimentación para complementar la leche materna. La educación nutricional del niño comienza, de hecho, durante esta etapa de la vida: es fundamental que se acostumbre a conocer nuevos sabores y sabores de forma inmediata, que le ayude a construir hábitos alimenticios correctos, que contribuyan a la salud del futuro adulto.
Los alimentos específicos para la primera infancia, diseñados específicamente para niños en el grupo de edad de 6 meses a tres años, garantizan una dieta capaz de satisfacer las necesidades nutricionales de acuerdo con las diferentes etapas de crecimiento, con la máxima seguridad.
De hecho, la legislación sobre alimentos para bebés es mucho más restrictiva, en términos de seguridad de las materias primas, que la general. Los contaminantes tóxicos en los alimentos actúan en todos los grupos de edad, pero son mucho más peligrosos en los primeros años de vida, cuando el organismo crece rápidamente y se desarrolla desde un punto de vista funcional.
Por eso también es importante no caer en el error de considerar al niño como un "pequeño adulto" y ofrecerle los mismos alimentos, en pequeñas porciones.
En cambio, esto ha sucedido con más frecuencia, especialmente en los últimos años, también debido a la crisis: muchas madres italianas de hecho han preferido ahorrar en compras y optar por una dieta única para toda la familia.
Ver también:
Nutrición en los primeros años de vida: la entrevista al profesor Marcello Giovannini
