El efecto yo-yo


Efecto yo-yo: ¿que es?

El efecto yo-yo corresponde a la astucia que el cuerpo, más inteligente de lo que crees, utiliza para resistir las privaciones, a menudo sustanciales y brutales, a las que se ve sometido durante una dieta. Cuando disminuye su ingesta de calorías, reacciona simultáneamente de dos maneras:

> Descansa. Es decir, consume menos energía, incluso sin hacer nada: ahorra.

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Resultado: al final de la dieta, cuando los kilos perdidos son los esperados, el organismo ha cambiado. Se ha vuelto sospechoso. Al retomar los buenos viejos hábitos, rápidamente se gana gracias y, en general, aún más, porque el cuerpo pone aparte de la grasa. en previsión de la próxima dieta. Debido a las privaciones repetidas, lo que sea que le des a tu cuerpo, ahora lo aprovecha más. Una dieta tras otra, se vuelve cada vez más resistente. Y así es como los kilos se acumulan mientras Además, ¡tienes la impresión de que has estado a dieta toda tu vida!


Consejos para evitar el efecto yo-yo

- ¡No a las privaciones drásticas! No sucumbas a la tentación de dietas que te prometen un resultado espectacular sin esfuerzo. Claro, en la escala los efectos serán visibles de inmediato, pero terminará perdiendo.

- Una dieta por etapas. Para no perturbar el organismo y enseñarle a adaptarse, respetando sus ritmos, a los cambios que le impongas, es preferible optar por un programa de adelgazamiento que vaya por etapas progresivas. No importa si parece largo !

- La estabilización es fundamental. Cuanto más brutalmente reanude su nutrición previa a la dieta, más grasa obtendrá. La última fase de la dieta, denominada estabilización, es fundamental y no debe saltarse: sirve para conservar el peso alcanzado con el tiempo.

- No se salte las comidas. Saltarse las comidas, al igual que las dietas rápidas, provoca la recuperación de peso. Sobre todo porque, cuando no se ha comido nada en todo el día, por la noche se tiende a lanzarse a todo lo que pasa. ¡Y engorda!


La solución: reequilibrar su dieta

Para perder kilos y, sobre todo, no recuperarlos, es necesario emprender una auténtica labor de rehabilitación nutricional. Con una buena distribución no solo de los alimentos (12-15% de proteínas, 30-35% de lípidos, 50-55% de carbohidratos de los cuales 60% de carbohidratos complejos y 40% de dulces), sino también de comidas durante el día. (15-20% del importe para el desayuno, 35-40% para el almuerzo, 5-10% para un refrigerio, 30-35% para la cena).

Las grasas, los dulces, las bebidas dulces y los licores añadidos deben consumirse en cantidades mínimas.

Al comenzar una dieta para adelgazar, no debe comer menos. Lo esencial es cambiar las proporciones de los diferentes tipos de alimentos sin, sin embargo, cambiar las cantidades.

Para adelgazar sin tener tendencia a recuperarlo, puede ser de gran ayuda consultar a un dietista o nutricionista, para identificar tus errores, aprender a comer bien y mejorar tus hábitos de forma duradera.

Por último, es fundamental hacer ejercicio 2-3 veces a la semana para mantener la masa magra y estabilizar el nuevo peso con el tiempo.

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