Psicoterapia de mediación corporal

¿Que es eso?

Las psicoterapias son principalmente verbales y parten del principio de que se puede curar gracias a la palabra. Pero también se puede partir del cuerpo, sede de los afectos, las emociones y un medio de relacionarse, para mejorar la moral y la psique. En este caso hablamos de terapias de mediación corporal. Existen muchas terapias que utilizan el cuerpo como mediador. Pueden organizarse de diversas formas y quieren lograr una mejor integración de los aspectos físicos y psíquicos. Todos intentan, actuando sobre el cuerpo del paciente, modificar su relación consigo mismo.

El hecho de dirigirse al espíritu a través del cuerpo puede sorprender al principio, pero ayuda al paciente, aunque sea de forma completamente involuntaria al principio, a encontrar las respuestas que busca. Abordar el cuerpo, de manera ritual, tranquilizadora, puede percibirse como una regresión placentera, una situación que recuerda una experiencia lejana en el tiempo. Confiado y a gusto, el paciente puede entonces emprender pacíficamente su camino personal. De hecho, las sesiones crean condiciones favorables para la relajación, lo que permite una apertura a los demás y especialmente a uno mismo, un redescubrimiento del cuerpo y las sensaciones que puede provocar.

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Las diferentes terapias de mediación corporal

Los métodos de relajación, puestos en práctica por osteópatas, intentan reducir la tensión psicológica mediante el aprendizaje de la relajación muscular.
El entrenamiento autógeno de Schultz se centra en el aprendizaje de la relajación muscular y la concentración en las sensaciones. Se hace que el paciente experimente sensaciones perdidas para que pueda recuperar el control sobre su cuerpo.
Los masajes permiten relajar el cuerpo, para eliminar las tensiones a menudo vinculadas al estrés, especialmente en la espalda y el cuello. El alivio proporcionado provoca una sensación de bienestar. Es una buena forma de acompañar a un paciente en su viaje personal.
Entre los diversos métodos de masaje, mencionamos el shiatsu, que actúa mediante la presión sobre determinadas zonas del cuerpo.
En hidroterapia actúa sobre el cuerpo a través del agua, con duchas o baños en la piscina. Con chorros fuertes o débiles, con agua fría o caliente, largos o cortos, estas duchas pueden tener un efecto calmante o energizante.
La bioenergía ofrece ejercicios similares a los del yoga e intenta reducir la tensión para liberar las energías bloqueadas.
La sofrología modifica el estado de conciencia, pero sin llegar a la hipnosis. El paciente es empujado a un aislamiento sensorial para fomentar su imaginación, lo que contribuye a su equilibrio.
La reflexología parte del principio de que todas las partes de nuestro cuerpo se proyectan sobre el pie en puntos reflejos. Al masajear estos puntos, se liberan las tensiones del cuerpo.
La psicoterapia analítica mediada por el cuerpo permite al paciente percibir y describir lo que está sucediendo en su cuerpo. Aprende a capturar sus propios sentimientos y emociones, a expresarlos, a contenerlos. Este método también implica trabajar con el lenguaje y la transferencia, elemento central del trabajo terapéutico.


¿Para quien?

Las terapias mediadas por el cuerpo deben usarse contra estados de estrés y ansiedad, y las diversas consecuencias físicas que causan. Estas técnicas son especialmente adecuadas para pacientes que padecen inhibiciones, dificultades en las relaciones, falta de confianza en sí mismos y apatía corporal.

Son igualmente efectivos para personas con hipertensión o aquellas con trastornos psicosomáticos, depresiones leves y trastornos sexuales.

¿Cómo se desarrolla una sesión?

A menudo es necesaria una entrevista preliminar para proporcionar al paciente información relacionada con el procedimiento terapéutico, realizar presentaciones y explicar el curso de las sesiones.

Una sesión dura en promedio entre media hora y una hora. Las modalidades de su desarrollo varían según la técnica utilizada, pero sea cual sea, se debe establecer una relación de confianza entre el paciente y el terapeuta: ambiente de confianza, seguridad, gestos suaves, presencia constante y atenta a las reacciones del paciente, respeto. pues la distancia que imponen estos últimos son elementos esenciales de la terapia.
El terapeuta presta atención constante a las señales no verbales, escuchando al inconsciente que habla en y a través del cuerpo. Además, generalmente se reserva un momento al final de la sesión para leer las notas tomadas y retroalimentar las experiencias vividas en la propia sesión.


Las sesiones en la práctica
Cada sesión cuesta de media entre 30 € y 80 €. El ritmo sugerido es generalmente una sesión por semana. El tratamiento dura varios meses.

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