Mutismo selectivo en niños: todo lo que necesita saber sobre este trastorno

El mutismo selectivo es un trastorno que afecta principalmente a los niños y se caracteriza por la "incapacidad para hablar en determinadas situaciones sociales, tanto que puede estar relacionado con un tipo de" ansiedad social ". El mutismo selectivo afecta a un niño que en general ya ha desarrollado el lenguaje y la comprensión del mismo, pero que, a pesar de ello, no habla cuando se encuentra en contextos sociales específicos.

Este trastorno no se debe a una disfunción ni a un problema en el organismo del niño, sino que es provocado por un estado de ansiedad social que lo lleva a no hablar cuando está fuera de casa o en presencia de extraños. El niño que sufre mutismo selectivo no habla sobre todo en aquellos contextos sociales que pueden ocasionarle mayores dificultades de relación, como la escuela o el jardín de infancia, mientras que cuando se encuentra en situaciones familiares (en casa con sus padres, por ejemplo) no tiene problemas para expresarse y, de hecho, , en algunos casos, ¡incluso puede ser un conversador!

El mutismo selectivo no es un trastorno muy conocido porque, de hecho, afecta a un porcentaje bastante bajo de niños, estimado en alrededor de 7 niños de cada 1000. Estadísticamente, afecta más a las niñas que a los niños y ocurre alrededor de los 4 años, cuando el los niños suelen empezar a asistir al jardín de infancia, distanciándose de sus padres.

El mutismo selectivo no es un trastorno cognitivo-conductual porque puede afectar a niños con capacidades cognitivas muy diferentes: a pesar de ello, sin embargo, se asocia con frecuencia a otros problemas del lenguaje. Según otros datos ofrecidos por la "Asociación Italiana de Mutismo Selectivo, que desempeña una" importante función de difusión y apoyo a las familias en las que hay niños con este tipo de trastorno, el mutismo selectivo es más frecuente en los niños que viven en familias socialmente aisladas, bilingües, de minorías étnicas o donde haya otros miembros de la familia que padezcan ansiedad social o dificultades en las relaciones. Exploremos juntos las causas que pueden llevar al mutismo selectivo, cómo diagnosticarlo y cómo comportarnos como padres para ayudar a su hijo.

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¿Cuáles son las causas del mutismo selectivo y cómo diagnosticarlo?

Las causas del mutismo selectivo no son fáciles de identificar, pero siempre deben estar vinculadas a motivos psicológicos y emocionales que generan un estado de ansiedad social en el niño. También según la Asociación Italiana de Mutismo Selectivo, se deben refutar las creencias de que el niño que padece este trastorno ha sufrido un trauma fuerte (violencia o abandono) o que es un sujeto opositor, enojado o manipulador.

Diagnosticar el mutismo selectivo en un niño no es fácil, ya que los síntomas de este trastorno a menudo se pueden confundir con una simple timidez. Hablamos de mutismo selectivo, en general, si el niño no habla en determinadas situaciones sociales (en lugares de encuentro como el colegio), mientras que en contextos donde se encuentra a gusto (como en casa con sus padres) habla sin problemas. Los criterios de diagnóstico adicionales son los siguientes: el niño no ha hablado durante al menos un mes, no tiene otros problemas de comunicación (como tartamudeo) o trastornos mentales (como retraso o autismo o esquizofrenia) y su incapacidad para hablar le impide relacionarse a otros en contextos sociales.

Por lo general, los niños que padecen mutismo selectivo se comunican con gestos o emitiendo sonidos monosilábicos o cortos o alternando la voz o reproduciendo, en ocasiones, sonidos de animales. Otros síntomas presentes pueden ser dificultad para mantener el contacto visual, rigidez física y rostro inexpresivo.

Debemos tener mucho cuidado de no subestimar el problema minimizándolo, creyendo que es, de hecho, la simple timidez del niño. El riesgo es que tanto los padres como el profesorado no le den importancia a este tipo de conductas, lo que lleva a que el trastorno se consolide y se vuelva más reacio a cualquier tipo de tratamiento. Asimismo, es un error muy grande considerar la mudez como una especie de capricho que debe ser castigado o, si el niño habla, recompensado: este sistema solo debilita aún más la autoestima del niño.

Si su hijo, por tanto, presenta los síntomas que le hemos informado, busque inmediatamente un especialista que pueda diagnosticar el trastorno para iniciar el tratamiento lo antes posible, evitando que el niño viva durante mucho tiempo en una condición similar de ansiedad social y malestar psicológico.

¿Qué pueden hacer los padres?

¿Qué deben hacer los padres si notan que su hijo tiene mutismo selectivo? En primer lugar, es muy importante que nunca lo obliguen a hablar, tanto en casa como en entornos sociales. Para intentar hacerle hablar, es bueno que alivien el estado de ansiedad creando un ambiente relajado y tranquilizador: por lo tanto, las amenazas o los castigos están prohibidos, así como las recompensas utilizadas como chantaje o burla. El trastorno no debe usarse como un un "arma, y ​​nunca debe ser ridiculizada". Si logras calmar al niño de forma indirecta, haciéndole sentir menos ansiedad, ¡será más fácil para él pasar espontáneamente a la palabra!

Los padres deben mostrar confianza en su hijo: si le hacen entender que sabe que puede hacerlo, le ayudarán a reforzarse, sin presionarle con sus expectativas, simplemente mostrándose sereno y, de hecho, confiado. Si por casualidad comienza a hablar, en casa o con extraños, no debe mostrar asombro y alegría: compórtese como si fuera completamente normal.

Será importante, entonces, explicarle su propia dolencia, ayudándole a comprender su dificultad con palabras sencillas, para que pueda entenderla y sentirse tranquilo. Dile que lo amas y que lo ayudarás, ¡esto disminuirá su ansiedad y le dará mucha más fuerza!

Para superar la ansiedad social, los padres deberán usar un poco de creatividad, asegurándose de que él se divierta incluso en las situaciones más estresantes, que se sienta estimulado. Poco a poco será necesario ayudarlo a independizarse y darle pequeñas oportunidades de experimentar la relación con los demás: por ejemplo, invitar a un amigo a jugar con él en casa podría ser útil porque el lugar lo tranquilizará. habrá más posibilidades de que se abra al otro.

Finalmente, es fundamental generar una fructífera colaboración con los profesores, quienes deben estar informados del problema. Será igualmente importante obtener ayuda de un especialista, que pueda seguir al niño con el tratamiento adecuado.La Asociación Italiana de Mutismo Selectivo será de gran ayuda para encontrar un terapeuta especializado en este trastorno cerca de su casa: en el sitio encontrará la información y los contactos necesarios para ayudarlo.

Para obtener más información sobre el tema, puede consultar el sitio web de la Asociación Italiana de Mutismo Selectivo.

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