Querida mamá, esta carta es para ti.

Los llamamos cuando necesitamos ayuda.
Nos arrojamos a sus brazos cuando solo sus palabras pueden ayudarnos.
En Navidad, cumpleaños y Día de la Madre le compramos las flores más coloridas y le preparamos los postres más sabrosos.
Pero, ¿alguna vez hacemos algo espontáneo y generoso sin relación con fiestas, necesidades y aniversarios?
Decidimos hacerlo hoy: escribimos una carta a todas las madres para agradecerles: porque es solo tu mérito si cada momento fue mágico; Solo gracias a ti si vivimos una historia de alegría, como las de las princesas que nos leías de niña.

Querida madre ...

Ver también

¿Qué significa la semana 15 de embarazo para la madre y el bebé?

20a semana de embarazo para mamá y bebé - quinto mes de embarazo

¡Viva mamá! Las canciones más bonitas para dedicarle a mamá

© iStock

Te anticipo: no necesito nada y, no, no estoy enferma.
Sé que recibir una carta mía te parecerá extraño, hará que levantes la ceja y también te preocupes.
Además, siempre te preocupas.
¿No?

© iStock

Estabas preocupado cuando mis arrebatos de iniciativa me hicieron caer al suelo. Corriste detrás de mí y tomaste mi mano. Apuesto a que te miré fijamente con una mirada a medio camino entre "déjame hacerlo" y "ayúdame". Mi El cuerpo es tan pequeño, ya contenía toda mi terquedad, pero siempre te di la mano: sabía que me guiarías, dejándome caminar sola una vez que encontrara el equilibrio.
Por esto, mamá, te doy las gracias.
Gracias por enseñarme que cada paso es importante, por acompañarme y por darme ánimos tras la enésima caída, pero, sobre todo, gracias por creer en mí, por haber retraído la mano y por dejarme caminar solo.

© iStock

Sucedió que, en lugar de caminar, me escapé de ti.
Todas tus preguntas parecían un ataque, todas mis respuestas tenían que ser una defensa.
Una defensa construida con muros, música fuerte y palabras de las que hoy me arrepiento. Te eché y me quedé solo, rodeado por esos muros que yo mismo había construido.
Por esto, mamá, te pido perdón.
Perdón por no escuchar realmente tus palabras y por cubrirlas con mis gritos. Perdón por esforzarme por no parecerme a usted y por alejarme.

© iStock

Hoy caminamos cerca. Ambos vamos de prisa y, a veces, tropezamos. Pero si hay la mano del otro tendida hacia nosotros, siempre logramos levantarnos.
Tenemos el mismo ritmo, tú y yo. Un paso tenaz, pero nunca autoritario.
Igual que tú.
Para esta mamá, te escribí esta carta.
Para decirte que eres único, maravilloso, incansable y siempre presente.
Para dar las gracias y disculparme. Y confesar que hoy, cuando me miro al espejo, te vuelvo a ver. En una forma de ladear el rostro, en un pañuelo que te gustaría: cada día me parezco más a ti.
Y estoy orgulloso de ello.

Etiquetas:  Paternidad Viejo Hogar Belleza