Colestasis del embarazo: una patología del hígado en el embarazo.

La colestasis del embarazo es una enfermedad que afecta al hígado de la embarazada y provoca un picor intenso e insoportable que dificulta mucho la vida de la mujer. Los riesgos de esta patología son elevados y la terapia es fundamental: muchas veces se induce el parto con antelación para evitar el riesgo de muerte fetal. ¡Mire el video y descubra cómo se desarrolla el bebé en el útero de la madre, semana tras semana!

Síntomas de la colestasis gravídica

El síntoma principal de la colestasis gravídica es un prurito intenso y persistente, que suele comenzar en las manos y plantas de los pies y luego se extiende a la cara, tronco y extremidades, aunque no provoca una erupción cutánea. Durante la noche, la picazón puede aumentar y la mujer embarazada puede sufrir rasguños y rasguños. En el embarazo, la mujer suele acusar este síntoma por aumento de la retención de agua o porque la hinchazón del cuerpo produce tensiones en la piel, que dan sensaciones de picor, pero, a diferencia del provocado por la colestasis del embarazo, es un síntoma leve limitado un poco más tenso. áreas, como el abdomen y los muslos. En esta patología, además, el prurito se asocia con orina oscura, hipercrómica, una ligera ictericia visible en la esclerótica (blanco de los ojos), a veces en la piel, por mala absorción, con presencia de grasas no digeridas en las heces de color gris claro. y olor acre. Otros síntomas que pueden ocurrir, aunque con menos frecuencia, son náuseas, fatiga, vómitos y pérdida de apetito. Si no se trata adecuadamente, la colestasis del embarazo, también llamada hepatogestosis o colestasis intrahepática del embarazo (CIG), puede tener consecuencias graves. A partir de los análisis clínicos, el hallazgo típico de esta patología es el aumento de los niveles de ácidos biliares o transaminasas hepáticas AST, aspartato aminotransferasa y ALT, alanina aminotransferasa. También se puede encontrar una alteración de las enzimas de estasis biliar, fosfatasa alcalina y gamma-glutamiltransferasa (gamma-GT). El especialista puede solicitar una ecografía para investigar la causa de la patología.

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Las causas y factores de riesgo de la hepatogestosis.

La colestasis del embarazo tiene múltiples desencadenantes. El exceso de sales biliares, que se vierte en el torrente sanguíneo y los tejidos, irrita los nervios periféricos y provoca un picor intolerable. En su patogenia intervienen otras causas: factores hormonales, genéticos, ambientales. En cuanto a los factores hormonales, su importancia se puede notar a partir de la manifestación de la patología casi siempre en los últimos tres meses de gestación, cuando hay un aumento notable de estrógenos y progesterona. Y, además, cuando estos niveles hormonales vuelven a la normalidad con el parto, los síntomas de la colestasis del embarazo también desaparecen. Además, la enfermedad aparece especialmente en embarazos gemelares, cuando el hígado está cargado de mucho más estrógeno. Los factores genéticos también son importantes. Algunas mujeres con madres o hermanas que han tenido la misma afección durante el embarazo parecen más propensas a desarrollarla. En cuanto a los factores ambientales, parece que la enfermedad se presenta de forma más severa en invierno y también está influenciada por el tipo de dieta. Los estados en los que existe una mayor frecuencia de esta patología son Chile, Bolivia y los países escandinavos. En estas poblaciones el 2,0% de las mujeres embarazadas pueden padecerlo. En cambio, en el resto de Europa y América del Norte, el porcentaje es de 0,5 a 1,5 de mujeres embarazadas. Por tanto, la colestasis del embarazo varía según el grupo étnico al que perteneces y la zona en la que vives. Según algunos estudios, incluso una deficiencia de selenio podría afectar el desarrollo de esta patología. Otros factores predisponentes son la hepatitis antes del embarazo, la colelitiasis (es decir, la presencia de cálculos en el interior de la vesícula biliar) o las infecciones del tracto urinario. Las mujeres con mayor riesgo de predisposición a la colestasis del embarazo deben mantenerse bajo control, especialmente en el período en el que los valores de estrógenos son más altos, es decir, desde el séptimo mes hasta el parto. Analicemos ahora los efectos sobre la madre y el feto.

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Durante el embarazo es aconsejable comprobar los valores de bilirrubina y transaminasas con análisis de laboratorio. Los ácidos biliares primarios y sus conjugados se encuentran mayoritariamente presentes como sales biliares, que ejercen una importante acción depurativa, ayudando a expulsar el colesterol y solubles las grasas y vitaminas liposolubles, facilitando su digestión y absorción. Rara vez aparece ictericia en mujeres con colestasis de la gravedad. No es un problema muy grave para la mujer embarazada, aparte de posibles cálculos en la vesícula biliar. Después de todo, el embarazo es un período particular de la vida en el que pueden ocurrir patologías transitorias, como la diabetes gestacional, el síndrome metabólico y la hipertensión. Sin embargo, los efectos sobre el niño pueden ser bastante graves: sufrimiento fetal, muerte intrauterina, asfixia neonatal o muerte neonatal por efecto tóxico de los ácidos biliares. El exceso de estos ácidos en la sangre puede reducir el surfactante pulmonar, producido por el feto, lo que permite que el bebé desarrolle la madurez pulmonar y la capacidad de respirar de forma independiente después del nacimiento. Además, las primeras heces del feto (meconio) pueden ingresar al líquido amniótico que lo rodea, con posible asfixia después del parto. Para la madre existen posibles complicaciones con respecto a una "hemorragia posparto, debido a una mala absorción de vitamina K, que juega un papel en la coagulación de la sangre. De hecho, en el último mes de embarazo el especialista puede prescribirla para el parto. Evite el riesgo de reducir el sangrado resultante de una deficiencia La vitamina K se puede administrar con Fitomenadiona (Vitamina K1) y Menadiona (Vitamina K3).

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Terapias contra la acumulación de ácidos biliares en el torrente sanguíneo

Después de un diagnóstico de colestasis del embarazo, se inicia rápidamente la terapia con medicamentos, con el objetivo de llevar el nacimiento a la semana trigésimo séptima. La terapia más común para esta alteración de los ácidos biliares en el hígado consiste en un fármaco a base de ácido ursodesoxicólico, que se puede administrar incluso en dosis elevadas sin efectos nocivos en el feto y que además ayuda a calmar el picor). Con medicamentos y exámenes regulares, la enfermedad se puede controlar hasta que el especialista crea que es posible inducir el parto. Los valores de ácidos biliares suelen volver a la normalidad tres meses después del parto. La mujer embarazada con colestasis del embarazo debe evitar o limitar los alimentos grasos y las frituras, preferir platos sin procesar, al vapor, a la parrilla o hervidos, pescados y carnes magras, quesos frescos y aceite de oliva virgen extra, comer verduras y frutas todos los días y beber agua corriente.

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La inducción del parto reduce el riesgo de muerte fetal

Cuando la mujer embarazada sufre de hepatogestosis, tan pronto como se completa el desarrollo pulmonar del feto, es decir hacia la semana trigésima sexta / trigésima séptima de gestación, se puede inducir el parto. Con esta solución se reduce el riesgo de muerte fetal. Entre las complicaciones para el feto y para el recién nacido recordamos para un parto prematuro las siguientes: líquido amniótico con meconio, ritmo cardíaco anormal del feto, dificultad para respirar del recién nacido. Para estos eventos, se requiere la admisión a una unidad de cuidados intensivos neonatales. Después del parto, a las mujeres que han tenido colestasis del embarazo no se les recomienda tomar la píldora anticonceptiva, ya que como estrógeno-progestágeno podría producir los mismos efectos que esta patología. La cetirizina y la loratadina, antihistamínicos orales, pueden ayudar a reducir el picor excesivo, que provoca graves molestias y nerviosismo en la mujer embarazada. En caso de hepatogestosis, el ginecólogo puede prescribir a la futura madre que tome S-Adenosil-Metionina, un aminoácido que junto con el ácido fólico previene los defectos del tubo neural y asociado al ácido ursodesoxicólico, regula los niveles de ácidos biliares y alivia el severo problema de Comezón. Una alternativa al ácido ursodesoxicólico es la colestiramina, que al unirse a los ácidos biliares no permite su reabsorción, todo se expulsa con las heces. Por lo general, este medicamento no se recomienda durante el embarazo, ya que no absorbe las vitaminas esenciales y podría afectar negativamente las coagulopatías de la madre y el feto. Si es necesaria su prescripción, el especialista aumentará el aporte vitamínico con vitaminas A, D, E y K para suplir su falta natural de absorción.

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