Mi bebe es hiperactivo

¿Qué es la hiperactividad?
Detrás de la hiperactividad suele haber otros síntomas, como distracción e impulsividad. Este trastorno del comportamiento es un síndrome neuroconductual. Sus numerosas e impresionantes manifestaciones derivan en problemas de atención, concentración, percepción, conceptualización y coordinación, pero también de lenguaje y memoria. Ésta es la razón por la que los niños hiperactivos suelen estar atrasados ​​en la escuela.


¿Cómo reconocer a un niño hiperactivo?
No es fácil distinguir a un niño inquieto de uno verdaderamente hiperactivo, ya que no existen pruebas neurológicas o psicológicas que permitan identificar la enfermedad sin margen de error. Los síntomas pueden estar presentes en ocasiones desde el nacimiento (el niño llora constantemente, se inquieta, duerme mal, hace una mueca de dolor con facilidad ...) pero es a menudo al comienzo de la escuela cuando los problemas se hacen más evidentes. Si nunca se queda quieto, a menudo sacude las manos y los pies, se retuerce en la silla, a menudo se levanta, trepa y salta por todos lados, tiene dificultad para concentrarse, no puede prestar atención durante más de unos segundos, no acepta nada. rechazo o frustración sin tocar la crisis nerviosa, es muy emocional ... es probable que sufra de hiperactividad.


¿Existen tratamientos?
No existe cura para la hiperactividad, pero es posible aliviar al niño mitigando las consecuencias de los trastornos relacionados con la hiperactividad. Los medicamentos que se utilizan son a menudo estimulantes o incluso anfetaminas. La droga más conocida es Ritalin® que, paradójicamente, calma al niño y aumenta la capacidad de concentración. No obstante, se debe encontrar una cura integral y a largo plazo. Por tanto, incluso el tratamiento psicológico puede ser útil para el niño y la familia. Las terapias (psicoterapias y terapias conductuales) dan buenos resultados porque permiten al niño hiperactivo canalizar energía, aprendiendo a controlar sus emociones.

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¿Es posible prevenir la hiperactividad?
La hiperactividad es una enfermedad compleja, cuya causa es difícil de identificar. Sin embargo, algunos estudios han demostrado que en el 50% de los casos, el niño enfermo tiene otra persona en la familia con los mismos síntomas. Por tanto, la herencia puede ser un factor a tener en cuenta. Se han identificado otros factores, como la exposición a determinadas sustancias tóxicas durante la vida intrauterina (alcohol, plomo, algunas drogas y químicos contaminantes ...) o la falta de oxígeno al nacer.

Ayudar a su hijo en la vida cotidiana
Aunque la atención prescrita por el médico es invaluable para el niño, el papel de los padres en el manejo de la vida cotidiana es igualmente esencial.
- Crear un entorno adecuado a sus necesidades: el niño hiperactivo es particularmente sensible a cualquier forma de estímulo externo. Por lo tanto, es aconsejable asignarle una sola tarea a la vez y organizarle un ambiente tranquilo que favorezca la concentración. Esto es fundamental cuando tiene que hacer sus deberes, por ejemplo.
- Evita el efecto sorpresa: el niño hiperactivo lucha por manejar eventos inesperados, a los que a menudo responde con agresión. Por tanto, necesita puntos de referencia seguros, como una organización bien definida del día, con horarios regulares (hora de levantarse, acostarse, jugar ...).
- Fomentar y responsabilizar: un niño hiperactivo a menudo hace una estupidez tras otra y podría perder la confianza en sí mismo si sus errores se subrayan con demasiada frecuencia. Es importante transmitirle límites que no debe sobrepasar, pero también es necesario que reciba algún estímulo. Darle algunas tareas básicas podría permitirle canalizar su energía y hacerlo autónomo al mismo tiempo.


Padres: las trampas a evitar
Criar a un niño requiere mucha energía, especialmente si es hiperactivo. Es más fácil decirlo que hacerlo: sin embargo, es importante mantener siempre el autocontrol.
- Situaciones de riesgo: un niño hiperactivo lucha por mantener la situación bajo control en un entorno ruidoso. Empieza a correr por todas partes, a gritar y pronto se vuelve incontrolable. Para evitar este tipo de situaciones, es mejor excluir ir al supermercado o al cine.
- No grites más fuerte: cuando el niño desobedece o se rebela, entrar en una perspectiva de regateo con él es inútil. La prohibición o negativa debe ser categórica y expresada de manera clara pero tranquila, para evitar una escalada del ataque de nervios.
- No pierda el control de sus emociones: a menudo se siente impotente frente a un niño hiperactivo. La tentación de rendirse, ceder al estrés y sentirse culpable es fuerte ... Sin embargo, es fundamental salvar las apariencias frente al niño, que necesita puntos sólidos a los que aferrarse y apoyarse.
- No te olvides de ti mismo: saber ser egoísta y pensar solo en ti, de vez en cuando, es fundamental. Esto te permite disminuir la presión sobre tus hombros, relajarte y descansar ... En definitiva, reservar algo de tiempo para ti es una válvula de seguridad que no debe pasarse por alto.

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