Las nuevas adicciones

Las nuevas adicciones
- Internet: la adicción a la red puede manifestarse de varias maneras: nerviosismo y agresión hasta que el
No se ha obtenido "dosis" de navegación en la red, adicción a determinadas relaciones virtuales que se crean a través de sitios de citas o líneas de chat ... - y muchas veces revela un profundo malestar (inmadurez social, frustración, vacío emocional o emocional ...)
- El teléfono móvil: hoy todos parecemos adictos a los teléfonos móviles, pero, para las personas verdaderamente "enfermas", el teléfono se considera una verdadera extensión de la mano y el oído, y su ausencia puede provocar ataques de pánico.
- El juego: ya sea el juego o los videojuegos, el problema se vuelve patológico cuando el jugador ya no tiene otros intereses y su vida se organiza en torno al juego.
- El sexo: inestabilidad relacional, "consumo" excesivo de parejas sexuales, recurso compulsivo a la masturbación o la pornografía ... La adicción al sexo es un grave trastorno del comportamiento, y hoy tiene un nuevo aliado: los juguetes sexuales.
- Compras: ya sea en el robo de boutiques o en la compra online, la compra compulsiva muchas veces traduce un vacío que, a pesar de la satisfacción pasajera, no se puede llenar y en general esconde un malestar más profundo.
- La obra: la satisfacción de un trabajo bien hecho puede, para algunas personas, convertirse en una obsesión. Una persona puede dejarse llevar por el espíritu de competencia o por un desafío pero, a largo plazo, esta adicción tiene consecuencias sobre la salud, la familia y las relaciones sociales ...
- El deporte: ya sea por placer, para superarse a uno mismo o para responder a las necesidades sociales contemporáneas de aptitud física y destreza, el deporte puede convertirse en una droga por las endorfinas que segrega el cuerpo durante el esfuerzo, que dan la impresión de volar.


Los mecanismos de la adicción
Algunas situaciones o actividades aportan placer: el cerebro libera dopamina, la hormona del placer por excelencia. Actuará sobre la mente, proporcionando sensación de bienestar, y sobre el cuerpo, haciendo desaparecer las tensiones. El simple recuerdo de esta sensación puede desencadenar la sensación de placer, incitándonos a repetir la experiencia para volver a experimentar la misma impresión de felicidad. Cuando este pensamiento se vuelve obsesivo y la fuente del placer es el único motor de la vida diaria, podemos hablar de adicción.


¿Alguien puede volverse adicto?
Buscar placer es normal, de hecho, es un signo de buen equilibrio mental. No existe una predisposición natural de ningún tipo, lo que haría que algunas personas fueran más susceptibles que otras a desarrollar conductas adictivas. Sin embargo, los estados depresivos o de vulnerabilidad psíquica (estrés intenso, por ejemplo, dificultades relacionales o baja autoestima) pueden provocar una pérdida de control y, por tanto, favorecer las conductas dependientes.

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Las señales que no mienten
El empleado dedica cada vez más tiempo a su actividad favorita, y acaba mintiendo o practicándola a escondidas, para evitar cualquier reproche. Se vuelve agresivo y se encerra en sí mismo: la soledad se convierte así en causa y consecuencia de su adicción, y pierde todo contacto con la vida real. Las relaciones con familiares y amigos se deterioran y su trabajo puede sufrir si su vida no gira en torno al objeto de su adicción.


Renunciar, un largo camino
- Admite que eres adicto: generalmente, son las personas que conviven con el individuo dependiente las que primero identifican los síntomas de la conducta desviada. La víctima a menudo prefiere negar la verdad, a pesar de los signos evidentes de malestar. Admitir que en realidad eres adicto es difícil porque implica que reconoces tus debilidades y admites que necesitas ayuda para salir de una situación que ya no controlas. Este paso es fundamental: es el punto de partida para volver a una vida "normal".

- Una cura a largo plazo: Las adicciones conductuales no se tratan como adicciones a productos, como las drogas y el alcohol. Pero, en ambos casos, es necesario considerar la adicción y sus consecuencias en la vida de la víctima. Después de eso, tienes que volver a aprender a convivir con el objeto de tu adicción: dado que internet o los teléfonos móviles son parte de nuestra vida diaria, es difícil eliminarlos por completo de tu entorno. Se pueden recetar algunos medicamentos para aliviar la sensación de vacío y nerviosismo, pero la base del tratamiento radica en el trabajo psicológico subyacente. Por tanto, la terapia es fundamental para comprender el origen del trastorno, aprender a gestionar las propias emociones y adaptar el comportamiento futuro hacia el objeto infractor.

- Renueva los lazos con tu vida: el empleado también debe recuperar el control de su vida familiar, social, profesional ... y salir del aislamiento al que le había obligado su adicción. A menudo es un momento difícil, porque a menudo hay un sentimiento de vergüenza. El apoyo de su familia y amigos juega un papel importante en la curación porque le permite volver a una vida normal y por lo tanto a un equilibrio psíquico esencial para el éxito de la terapia.

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