Disfasia: ¿que es y por que ocurre en los niños?

La disfasia en los niños se considera un trastorno neuropsiquiátrico y las principales causas se encuentran en la genética. El fenómeno es complejo y puede tener diferentes grados de gravedad, además puede manifestarse de formas muy diferentes en los distintos temas. Para entender mejor de qué se trata necesitamos investigar el asunto, pero primero queremos dejarles un interesante video que aborda el espinoso tema de "los padres y los sentimientos de culpa".

¿Qué es la disfasia?

Si quisiéramos dar una definición concreta al término disfasia, podríamos decir que se trata de un trastorno grave y persistente del desarrollo lingüístico. En algunos casos, la disfasia puede manifestarse en el niño por déficit de atención e incluso daño neurológico. Hablamos de disfasia cuando el niño tiene un retraso importante en todas las etapas lingüísticas normales: después de la aparición de las primeras palabras, muchos niños dejan de decir nuevas durante mucho tiempo antes de que se produzca un aumento significativo de su vocabulario.

En los niños con disfasia el lenguaje sigue siendo muy básico, formado por palabras sueltas y puede durar hasta 3 años y medio. Este es el período en el que los niños suelen comenzar a pronunciar oraciones cortas, sin el uso de verbos y sintaxis. La omisión más frecuente se refiere a elementos gramaticales como artículos, preposiciones, etc ...

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Disfasia: ¿cuáles son las principales causas?

Como ya se mencionó en los párrafos anteriores, aún no se ha identificado una causa desencadenante de la disfasia, y parece que todo es una cuestión de genética. En casos raros, sin embargo, la patología puede depender de una lesión o disfunción del lóbulo temporal del cerebro.
Precisamente porque casi todos los casos de disfasia no encuentran hallazgos objetivos, también se ha hipotetizado la aparición de causas psicológicas o psicosomáticas, en este caso potencialmente reversibles.
Si nota que su hijo no puede expresarse ni siquiera con palabras sencillas, primero evite alarmarse. Más adelante, puede ser aconsejable que lo examine su médico y posiblemente un especialista. Veamos cómo podemos reconocer la disfasia.

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¿Cómo se manifiesta la disfasia en los niños?

En la mayoría de los casos, los primeros signos de disfasia ocurren ya en el primer año del niño: retrasos en el desarrollo del lenguaje, sin curiosidad por la comunicación, sin intento de repetir las palabras que los padres le enseñan.
En realidad, la disfasia no debe diagnosticarse antes de los 3 o 4 años de edad porque cada niño tiene su propio tiempo y no todos comienzan a hablar tan temprano, sin que exista la sospecha de un problema.
El diagnóstico de disfasia suele coincidir con el inicio del jardín de infancia, pero es bueno saber que solo después de los 3 años podemos sospechar que estamos ante este problema.

Los principales síntomas están estrechamente relacionados con las habilidades de lenguaje, expresión y comunicación. Veámoslos específicamente. El niño disfásico no puede:

  • pronunciar correctamente los fonemas y las palabras
  • ser capaz de correlacionar términos y objetos, sensaciones
  • encontrar las palabras adecuadas para identificar conceptos

Otras conductas colaterales relacionadas con la disfasia son de tipo psicomotor: dificultad para realizar movimientos laterales, un niño es torpe y poco ágil, como si no estuviera seguro de los movimientos que realiza o no se sienta dueño de su propio equilibrio.

Finalmente, en los casos más complejos de disfasia, se pueden agregar conductas particulares y muy típicas del trastorno: el niño es repetitivo y metódico, entra en crisis si se cambia el orden habitual de acciones o eventos de su día, no le gusta comunicarse e interactuar con los demás y tiende a aislarse, como si el resto del mundo le interesara poco.

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Disfasia: como diagnosticarla

Para diagnosticar un trastorno como la disfasia es necesario realizar pruebas específicas. Un primer paso podría ser una tomografía computarizada de la cabeza, acompañada, si el médico lo considera necesario, de un electroencefalograma, para excluir cualquier causa orgánica del cerebro.
Sin embargo, es importante enfatizar que es muy raro que la disfasia dependa de una lesión cerebral real.

Como segunda prueba, se realizará un examen audiométrico: en muchos casos, una sospecha de disfasia podría deberse a un déficit auditivo. Finalmente, podría ser el caso de someter al niño a un examen neurológico pediátrico: el neurólogo, colocando todo en forma de juego, evaluará las tres principales áreas de interés relacionadas con este trastorno.

  • La esfera del lenguaje hablado y entendido

Usando pequeños objetos cotidianos, pídale al niño que realice acciones simples para comprender cuántas palabras domina y cuánto puede comprender las palabras que se le dicen.

  • La esfera psicomotora

En este caso, el médico le pedirá que realice movimientos de precisión para evaluar el grado de coordinación.

  • La esfera psicológica

En este caso el enfoque del especialista estará en las conductas, para entender si dependen de la incomodidad de no entender el lenguaje o de las deficiencias afectivas.

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Cómo curar la disfasia en los niños.

La disfasia no tiene un protocolo de tratamiento adecuado, en el sentido de que no existen medicamentos capaces de hacerla desaparecer. Lo que se puede hacer es brindarle al niño un buen apoyo logopédico, que traerá excelentes resultados en casi todos los casos, permitiéndole crecer, interactuar con sus compañeros y asistir a la escuela como todos los demás.

Para el éxito del proceso de tratamiento, la puntualidad es fundamental: cuanto antes intervengamos y antes comenzará el niño a recuperar las brechas, alineándose con el desarrollo de sus compañeros. Los niños disfásicos seguidos desde el jardín de infancia han demostrado, en casi todos los casos, que pueden llegar a la escuela primaria al mismo nivel que sus compañeros y que pueden abordar la escuela sin ninguna dificultad particular.

Sería útil para la madre, el padre, los profesores, el especialista en logopedia y todas las demás figuras involucradas, desarrollar un proyecto común con líneas generales y específicas para la rehabilitación del niño. Es bueno enfocarse en el éxito de los diversos actos comunicativos más que de las palabras o acciones que deja de realizar, esto para alimentar la alegría, el placer de la compañía y el bienestar que es el empujón fundamental para continuar el camino de la terapia.

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Incluso si la tentación es fuerte, es mejor nunca pedirle al niño que repita: sería inútil, además de perjudicial, y una mayor frustración para él.
Cualquier "entrenamiento" debe limitarse a la terapia del habla, asegurándose de que haya absoluta claridad sobre lo que está haciendo.
El aspecto realmente importante y útil es hablar mucho con el niño, posiblemente lentamente, sin quitarle la espontaneidad de la comunicación.

En cuanto a la escritura, es importante ayudar al niño a analizar los sonidos presentes en la palabra que tiene que escribir. Viceversa, en la lectura hay que ayudarlo a hacer la síntesis progresiva de las letras que lee, a componer la palabra.

Tenga cuidado de no proponer actividades dirigidas a la corrección lectora más que a la comprensión: es más significativo y gratificante leer para comprender lo que está escrito.
El niño disfásico necesita diseñar los contenidos del trabajo escolar para que pueda conocer el mundo, quizás con interés y curiosidad.

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Preguntas frecuentes sobre la disfasia

¿Cómo afrontar con calma la disfasia de su hijo?
Entendemos bien lo difícil que es, especialmente al principio, tener que manejar la disfasia de su hijo, por otro lado, nos gustaría decir que con las terapias adecuadas el niño puede llenar fácilmente cualquier vacío creado con sus compañeros en el lenguaje. niveles, movimientos, acciones, etc ... En general, la disfasia es todavía un fenómeno poco conocido, pero en los últimos años el aumento de casos ha puesto el problema en el centro de atención y, en consecuencia, las terapias también son cada vez más focalizadas.

Niño disfásico: ¿cómo lidiar con la escuela?
El tema que agarra a muchos padres con sus hijos con disfasia es precisamente la escuela. ¿Cómo hacer? ¿Podrá el niño seguir el ritmo? Hemos visto que una intervención oportuna puede garantizar que el progreso sea inmediato y, por lo tanto, el niño puede seguir fácilmente las lecciones de la escuela al igual que sus compañeros de clase. La terapia del habla es lo que más ayuda, y también puede pedir apoyo específico para su hijo a los maestros preguntando a la escuela.

Disfasia y dislexia: ¿son lo mismo?
Si bien la disfasia se centra más en el trastorno del lenguaje, la dislexia también implica el aprendizaje. Los dos fenómenos están estrechamente vinculados entre sí, pero conviene destacar que con las terapias adecuadas, la logopeda en primer lugar, el niño puede lograr un enorme progreso y superar el problema.

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